«Aprender a estar solo es el mejor aprendizaje que podemos tener para saber estar en pareja.»
El tema de la pareja es el más habitual en las sesiones de terapia, tanto si se tiene una como si no. Cuando no tenemos pareja querríamos una y si la tenemos no cumple nuestras expectativas. Creemos que la pareja ansiada nos salvará de nuestra soledad y, en cambio, el efecto que provoca es el contrario ya que muchas veces ese sentimiento se nos hace más evidente cuando tenemos a alguien al lado y no nos presta la atención que buscamos.
La relación de pareja, por otro lado, puede ser una gran escuela para conocernos a nosotros mismos porque nos provoca emociones, tanto positivas como negativas, que pocas personas logran hacernos sentir. Darle este enfoque aporta sentido a la relación y nos ayuda a superar las crisis que toda relación profunda tiene y así poder salir más fortalecidos. Me gusta compararlo con un árbol que, de tanto en tanto, sufre una potente tormenta que amenaza con arrancarlo del suelo. Cuanto más fuertes sean sus raíces más posibilidades tendrá de seguir vivo. Las raíces en la pareja se fortalecen con los momentos difíciles que hemos pasado en la relación y que hemos podido superar.